YO MUJER
No fue consciente. Observar la luz y sus gestos tomaron peso con el tiempo. Siempre estuvieron cerca direccionando los afectos y las carencias. Aglutinaron emociones hasta llegar a esto. Las que quise, las que admirĂ©. Las mujeres que me retaron, las que me gustĂł como se reĂan. La mujer que me dio la vida. La que parecĂa inalcanzable porque salĂa en la tele, y era tan buena actriz que me hipnotizaban sus maneras. La que iba caminando y me hizo recordar a mi abuela que ya no está. Entonces empezaron a juntarse los negativos, acumulando polvo con el tiempo violento que no avisa que pasa tan rápido, hasta llegar a una lectura de la presencia beligerante que cada una tuvo.
De tanto formato nuevo y tecnologĂa que le cambiaba el cuerpo al mismo proceso, me distraje harto. Me fui tan lejos, que hasta juguĂ© a buscar un oficio nuevo, asĂ, como si estuviera cambiándome de camisa. Era tan corta la vuelta y, claro, otra mujer fue la que hablĂł con esa inefable autoridad que tiene en mi vida hasta convencerme y volver a sacar fotos. Volver a robar recuerdos. Volver a tener memoria. Claro que da vergĂĽenza. Es la forma más evidente que tengo de mirar. Es un glosario de imágenes que hablan de cĂłmo he sentido la presencia de cada una en los periplos de mis años. La forma que más perdura en este rato, que nadie sabe cuándo se va a terminar. Por eso publico Yo Mujer. Para no olvidar que alguna vez quise ser fotĂłgrafo. Que siempre las vi pasar, que me gustaba mirarlas y van a quedarse aquĂ. Para siempre. (Jordi Castell)
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